María José siempre tan sonriente y dispuesta se encuentra por última vez en la Casita de los Libros y aprovecha para hacerse una última foto, que le llene y divierta al verla, ella dice: –quiero que sea algo como no sé loco para tenerla de recuerdo-.

En medio de libros coloridos en diferentes lenguas español, alemán y francés, con María José como modelo hacemos la fotografía que vemos al iniciar esta sección.

Ella cuenta que en la Casita de los libros se siente en su ambiente y que aquí mismo los niños se despidieron de ella y que extrañará estar rodeada por ellos, la literatura y las lecturas en voz alta que solía hacer con todos los grupos del Helvetia.

Su acercamiento con la Institución es desde siempre, en su juventud estudió en un colegio fundado por un antiguo es rector del Colegio Helvetia, su esposo es suizo y sus hijos estudiaron acá.

Por cuestiones de la vida, en una entrega de informes académicos se enteró que en el Colegio estaban buscando una persona para trabajar en la biblioteca y allí vio la posibilidad de estar cerca de sus hijos, su hija y la academia. Aunque estaba en la biblioteca de los (grandes) porque en ese momento no existía el C.I que se construyó para ser el corazón del Helvetia. En 2002, pasó a ocupar su puesto en la Casita de los Libros y en cual estuvo hasta este su último periodo académico; en sus 26 años de recorrido, cuenta como su acercamiento a la pedagogía y la academia le permitió ver desde primera fila los cambios en los descubrimiento y avances del conocimiento, y lo que se enseña en las aulas de clase. Expresa que la diferencia entre lo que ella aprendió cuando era niña a lo que se enseña hoy es muy diferente.

-Se nota el avance del conocimiento y abre la puerta a la necesidad de actualizarse para poder responder a las preguntas de los niños y es adorable trabajar con ellos, para así abrir sus mentes hacia la fantasía y el interés del conocimiento-.

Entre una sonrisa y recordando la Semana del Libro habla de la pasión que descubrió a partir de su experiencia en su trabajo, el escribir libros, con Domicilios en el Bosque su primer libro, el cual presentó a los estudiantes del Helvetia; sostiene con mucha felicidad que el libro tuvo una gran aceptación.

-Me gustaría acercarme al mundo editorial, ya que he tenido la fortuna de acércame a la disciplina de escribir e ilustrar mis textos- agrega María José – Me nació esta pasión de transmitir a través de la literatura y me di cuenta de qué en el mundo falta más acercamiento de los niños hacia los libros. Sé que seguir escribiendo e ilustrando me hará muy feliz-.

Habla de elevar su espíritu a través del arte y la literatura, y sueña con vivir en su finca después de este logro social, pensionarse; cuenta que puede ampliar sus horizontes y tejer lazos sociales con los habitantes del municipio, sobre todo con los niños y lograr que ellos se desprendan de la televisión a través talleres de lectura que desea hacer. Finaliza diciendo que entre sus nuevos objetivos está tener una vida en la naturaleza y trabajar con los vecinos de su finca para crear espacios de diálogo, aprendizaje y enseñanza.